martes, 20 de noviembre de 2018

La sola imagen fue como ácido salpicándome los ojos. Escurriendo sobre mi nariz... deslizándoseme hacia adentro por las comisuras de la boca. 
Se abrió paso a través de los tejidos. Me endureció los músculos de la cara,  convirtiendo mi expresión en una mueca sutilmente diferente a una sonrisa.
Se me carbonizó la lengua y comenzó a desescamarse. Y visualicé mi saliva como una sustancia negra e hirviente, como alquitrán, invadiendo mi garganta, amenzando con brotar hacia afuera por mis oídos. Tragué con dificultad, empujando hacia abajo esta ola oscura que pareció recorrer toda cavidad, fluyendo rápidamente por el resto de mi cuerpo, y avanzando finalmente hacia mis dedos,crispándolos. Se me depositó bajo las uñas y se volvió costra.

Respiré tratando de parecer tranquila, y dirigí los ojos hacia otro lugar.“Nos vemos”- mi voz pareció salir desde otro lado, seca, ronca. Di media vuelta.

Me alejé clavando los talones en el pavimento.

1 comentario:

Alina dijo...

Huy mi niña! que bien expresado el sentimiento, muy intenso, que es lo que es esa sensación, de donde nace, que es lo que se logra al tenerla, un sentimiento falso, uno real, uno tan intenso que uno no puede manejarlo. Lo que te envuelve domina, atrapa, asfixia, esa impotencia, ese deseo, que es lo que más te gusta y disgusta, nadie lo sabe bien, solo lo supone.
Besos
Patata nocturna





PD: pon una banana en tu oreja ;)