Pero en esta ocasión el silencio no es silencio: No se nos ausentan los sonidos.
Aparecen. Y me quedaría oyendo todas tus canciones, si sólo accedieras a oír las mías. Que no brotan de mi boca, sino de mis manos, de mi ombligo. -no consiguen escapar por otros conductos; ni por mis ojos mal cerrados. ni por mi pecho saturado-.
Yo aplacaría lo que no tengas que decirme, y todo bullicio ajeno... para concentrarnos sólo en el sosiego.
Y descubrirte bosquejado en tus clamores sordos.
Por favor, comparte conmigo este silencio , que cuando es contigo no estorba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario